martes, 29 de julio de 2008

El toque de un Maestro.

Quiero contarles la historia de un subastador que pensaba que perdía su tiempo mostrando ese viejo violín estropeado y arañado, pero aún así, lo mostró.
- ¿Cuànto ofrecen, buena gente? -grito.- ¿Quién hará la primera oferta?
- ¡Un dólar, un dólar! -entonces- ¡Dos! ¿Sólo dos?-Dos dólares! ¿Hay alguien que de tres?- ¡Tres dólares! ... a la una! ¡Tres dólares...a las dos!- Que se va por tres...pero, ¡No!
Un hombre canoso se puso de pie, llegó adelante y tomó en sus manos el arco. Limpiando el polvo del viejo violín armonizó sus cuerdas y tocó una melodía muy tierna. Al cesar la música el subastador dijo, en voz muy baja y mas bien para si, - ¿Cuánto daría yo por tener este viejo violín? Y tomándolo con más cariño lo volvió a levantar:-¡Cien dólares! ¿Y quién da doscientos?- ¡Doscientos! ¿Y quién da trescientos?- ¡Trescientos!- ¡Trescientos, a la una! ¡Trescientos a las dos!- ¡Y se va y se fue! -exclamó.
Algunos lloraban y los demás aplaudían...- No podemos comprender se decían- ¿Qué cambió su valor? Alguien comentó por allí que fue "El toque de la mano de un maestro"


Muchas veces sentimos que nuestra vida esta fuera de tono.

No sabemos como aprovechar todos los recursos y talentos que disponemos.

No sabemos como convertir nuestras excusas en razones.

No podemos ver las oportunidades que existen dentro de las crisis.

No le encontramos sentido a lo que hacemos.

No sabemos como ponernos en acción... y a similitud del viejo violín se "Subsanan baratamente" a la multitud siguiendo el viaje de la vida como un juego que no requiere pensar.

Pero un día cuando estamos preparados, el maestro aparece...

Las personas no comprendemos como el Maestro puede encontrar tanto valor en algo que nosotros no podemos ver...

El secreto del maestro es mirar más allá de las apariencias y conectarse con la verdadera alma de las cosas.

A modo de presentación.

Nace este blog con la idea de ir recopilando todo aquello que impactó en mí y como si fuera una foto instantánea van a quedar las imágenes, los textos y todo aquello que de una u otra manera vayan dejando un brillito en mi corazón.